En el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, recordamos a una imprescindible, Ana María Gómez, quien dejó este mundo en el mes de enero del año pasado. El poema, de Laura Martínez Coronel, "Por Ana".
Que nadie olvide tu pequeña figura de mujer gigantesca.
Desde aquella tarde de estampidos furiosos, de golpes en el vientre
creciste desde sombras para ser más urgente.
Te llevo en mi ciudad arrojada en el alma
trato de caminar con tus pies de mujer combatiente.
Por nuestros hijos Ana, eres prodigio y suerte
eres sol, lluvia, silencio, árboles, fuentes
palabras, latidos, música, lágrimas de útero doliente
fértil despierta cálida
tan verdadera tan siempre.
Tengo el alma fría y sola cuando te pienso en el parque
y las esquinas no tiemblan por la ausencia de tu frente.
Si nunca guardaste amor y eras sosiego en aldeas de agua
grito que construía sus faros en el derrumbe
una hilera infinita de árboles frutales
No puede la memoria recrearte para todos
que no te olviden
tú nunca fuiste lápida ni cáscara pobre de sueños
Asombrosamente lúcida
el vacío de tus ojos en mis manos es lo único verdaderamente perdurable.
Hay que sembrar ahora, remover tierra árida
multiplicar abrazos, estar con el ruido de la soledad entre disparos
no dejar que te mate el olvido con sus túneles inflexibles
"por tu eterna realidad hospitalaria"
ser barcos que no invaliden tu nombre.
Hoy en el bosque de la memoria creces
con señales fundamentales de vida inextinguible
no hay barreras de incendio titubeante
nunca pasajera hueca de la historia
por vos Ana un océano de mujeres entrego
transformado en palabras que te digan, hermana
sobre la tierra que arde
tu nunca despedida, tu caminar ileso.
Ven y enséñame tu rostro de lámparas agitadas
debo ir con la estrella de tu boca por el cielo
para que nazcas siempre cada dieciseís de Enero
nunca para ser mármol
siempre para ser pueblo.
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Laura Martínez Coronel
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