11 de diciembre de 2011

EDITORIAL ÚLTIMO PROGRAMA

La de hoy es la última emisión de Dominio Público en La Voz De Melo. Suspender este programa obedece a una decisión de su conductor y productor. No es una decisión tomada por obligación ni es fruto de un impulso emocional. Ha sido meditada, sopesada e incluso dilatada. No sucede como consecuencia de un hecho concreto, sino de una sucesión en la cual algunas cosas han pesado más y otras menos.

Lo bueno de esto es que no nos vamos dando un portazo, sino con la calma que nos permite dejarles a ustedes una reflexión. ¿O es acaso la reflexión la que nos permite la calma?

Dentro de un mes se cumplirán seis años desde aquella tarde en la que empezamos a llenar este espacio con noticias, con entrevistas, con opiniones, con in-formaciones, con historias, con denuncias, con voces tan variadas como las formas que hay de vivir, de pensar y de experimentar la realidad -las cuales dan origen a las ideas.

Sinceramente, nunca tuvimos grandes expectativas respecto de lo que era posible lograr con un espacio radial, lo cual no significa decir que no tuviéramos aspiraciones. Nunca nos erigimos como paladines de la justicia, semidioses detrás de un púlpito, dueños de la verdad, maestros de la ética o artistas de un oficio superior.

Pero la comunicación… ¡Qué milagrosa la comunicación! En ese lenguaje que está más allá de lo dicho, se fue dando una retroalimentación con un público que nos situó en un lugar donde nos vimos –en varias situaciones- comprometidos.

Pero también nos vimos solos y desbordados. Y si hay algo que nunca fuimos, es irresponsables. Fue ahí cuando empezamos a pensar en hacer una pausa, en tomar un poco de distancia para recobrar fuerza y no permitir que decayera el producto que les damos.

La verdad es que últimamente ya no estábamos destinando la cantidad de horas a la semana que otrora empleáramos para preparar los materiales a irradiarse en esta hora. El momento de cobrar distancia finalmente llegó, y es definitivo.

Hubiéramos querido que el proceso fuera a la inversa. Hubiéramos querido dedicarnos de lleno a esta tarea. Hubiéramos querido –y quisimos- estar más tiempo junto a ustedes. Y no crean que no hicimos lo posible por lograrlo.

Valga esta oportunidad para advertir a los nuevos y futuros comunicadores sociales o periodistas: este trabajo es excelente para servir a la ciudadanía. Quien tenga vocación de servicio y sea capaz de indignarse ante la injusticia, quien ame la verdad y no se trague la pastilla de que los débiles lo son por elección propia, no dude en poner manos a la obra. Usted hace falta.

Comprométase con las buenas causas, pero no se case con la profesión. No espere que ella se convierta un medio de vida, porque puede terminar siendo un medio de muerte. No se conforme con el título –ni el de la universidad, ni el que le da la gente. Ame las artes, la literatura, la filosofía, la ciencia. Sepa que “muchos son los llamados pero pocos los escogidos”.

En todo el mundo, las circunstancias están siendo críticas dentro de los medios de comunicación. Hoy un diario puede hacerse enteramente con material de internet, por lo que poco pueden temer las patronales a un paro. La situación es incierta y llena de paradojas, pues la misma internet que desata la crisis, es nuestra principal aliada en tanto elemento liberador y democratizador de la información. Recomendamos buscar y leer declaraciones y escritos de Ignacio Ramonet, analista que ha llegado a predecir la desaparición de la CNN e incluso de los sindicatos de periodistas.

En lo personal, hoy finaliza una etapa de mi vida que estuvo ligada a La Voz De Melo. Etapa que comenzó un mes antes de cumplir los diecinueve años y finaliza poco antes de cumplir los treinta y tres. En tanto, la vida me ha regalado dos hijas, una con once y otra con siete años. Junto a ellas me apresto a compartir las horas venideras, de festejos y esperanzas. Para todos ustedes, el deseo de lo mejor en el año que está por comenzar.

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